
A Baal se lo representaba con mazo y lanza y corona de cuernos que indicaba la bravura del toro. Los semitas adoraban a "El" y consideraron a "Baal" como una auténtica manifestación maléfica; es por esto que se quema en la hoguera a los que temen al Baal y lo respetan.
Al final Baal fue incorporado a las Sagradas Escrituras semíticas como el Príncipe de las Tinieblas, El Señor del Mal, Mefistófeles, el Ángel de la Perdición y la Muerte del Alma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario