sábado, 18 de abril de 2009

Dispersión

El período de la erupción del Santorini es calificado como «uno de los más desolación provocó, por la cantidad de pueblos y culturas que destruyó».

Uno de los principales casos de destrucción la vivió Creta, tanto en su civilización como en su cultura.

Los pueblos helenos fueron asolados y sólo Atenas consiguió sobrevivir.

La cultura micénica de los ricos palacios se perdió casi por completo, la escritura se olvidó mayoritariamente, los ajuares funerarios de aquellas épocas sorprenden por su simplicidad y escasez, lo mismo que las decoraciones cerámicas o la propia arquitectura. Su civilización retrocedió casi a la Prehistoria.

Al sucumbir la organización atlántica los pueblos que la constituian y que se salvaron del colapso huyeron a buscar tierras más seguras y firmes.

Esta estampida de los Pueblos del Mar desestabilizó a las civilizaciones circundantes. Toda Asia Menor fue arrasada: Ugarit, Tarso, Hattusa. Las excavaciones arqueológicas han encontrado un estrato de cenizas en todas esas ciudades datadas en la misma época, indicando que fueron destruidas por fuego.

Los hititas, que se encontraban en la cúspide de su poder, movilizaron gran cantidad de tropas para contener esas oleadas de gente, dejando otras zonas desguarnecidas, que fueron atacadas y arrasadas, provocando la destrucción total de este imperio, el mismo que puso en jaque y, posiblemente, incluso derrotó a los poderosos egipcios en la Batalla de Kadesh.

Egipto debió abandonar todas sus posesiones en Asia para poderse defender, posesiones que no volvió a recuperar. Además, Ramsés III tuvo que movilizar a todos los hombres disponibles.

El fin de la oleada. Al fin la marea de destrucción se detuvo. Los asentamientos fueron una causa, pero se suele considerar al faraón Ramsés III como uno de los principales responsables de su detención, pese a llevarla a cabo con un gran costo. Tres fueron las actuaciones que lo condujeron a la victoria:

- Liberar tierras.

- Ordenar lo que hoy llamaríamos movilización general: todos los egipcios capaces de empuñar un arma debían alistarse para partir hacia el delta del Nilo y zonas aledañas. En el Delta se reunirían con las fuerzas que allí estaban y las que pudieran llegar desde las antiguas posesiones asiáticas.

- Aprovechar el terreno: los hombres del Faraón combatían en su tierra y contaban con mejores conocimientos del Nilo y la navegación por su delta. Conocimientos que utilizaron para sorprender y acorralar distintas partidas de estos pueblos. Al mismo tiempo sacaron buen provecho de su experiencia como marineros para maniobrar y combatir en esas aguas, mitad marinas, mitad fluviales.

- Asentar a los derrotados: tras la victoria, Ramsés III permitió a aquellos pueblos asentarse en sus territorios, reduciendo, si no eliminando, la marea humana y con ella su peligro.

Ramsés grabó su guerra en el templo de Medinet Habu explicando que hubo cuatro campañas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario